«Mientras no te entierre, te seguiré buscando», reza en la lona de una madre de un hijo desaparecido. Hay una madre que este 10 de mayo no escuchará a Pedro Infante cantándole Las mañanitas ni recibirá un ramo de flores ni tendrá la oportunidad de ser llevada algún restaurante y ser festejada. Por el contrario, se levantará muy temprano se calzará sus botas mineras raspadas de la punta y con un poco de lodo seco en las suelas. Su instinto maternal y amor de madre les restarán cansancio a su espalda y piernas. Se juntará con otras compañeras, madres del mismo dolor, se acompañarán con su pena en el mismo camino hacia alguna fosa donde buscarán tratando de encontrar y no encontrar al ser amado.
Algunas madres de hijos desaparecidos ya llevan varios años buscando a sus retoños, para ellas no hay hijo malo, tal vez algunos se dejaron llevar por malas amistades u otros, sin deberla ni tenerla, fueron arrancados del seno familiar. Para este grupo de madres, sólo las impulsa la esperanza de encontrar alguna señal o saber dónde descansan los restos de sus hijos.
Hoy, este 10 de mayo del 2021, en Veracruz tierra comanche, las madres temen que algún día despierten y no estén sus hijos, temen que sean levantados al ir o regresar de la escuela. Es una realidad a la que nadie puede escapar. Hoy muchas casas festejan a la reina de la casa, en otras, no hay nada que celebrar. La búsqueda continúa.
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