Lo mejores maestros de billar y algunos villamelones saben que se considera carambola cuando la bola jugadora golpea las otras dos bolas en la misma tirada. Pero para que sean válidas la bola jugadora debe haber tocado como mínimo tres bandas, que pueden ser distintas o repetirse, antes de golpear a la segunda bola. De ahí en adelante, el jugador continúa su turno hasta que falle o cometa falta. Pues tal pareciera, por lo declarado por el senador Ricardo Monreal, que sin querer queriendo, se ha aventado una jugada de tres bandas, donde se pasa traer a Claudia Sheinbaum, quien en el pasado le arrebató la candidatura para el gobierno e la Ciudad de México, y al carnal Marcelo Ebrard, quien iba en caballo de hacienda para ocupar las chanclItas del número one.
Sin embargo, de refilón, el zacatecano, le da un leve llegue al mero macizo de la 4T. Y es que, cuando le preguntaron su opinión sobre la desgracia de Tláhuac el correoso senador expresó lo siguiente: “La mayoría legislativa en el Senado lamenta profundamente la pérdida de vidas Humanas en la Línea 12 del Metro. Nuestra solidaridad con las familias. Confiamos en las autoridades para que la verdad sobre lo sucedido y las responsabilidades que resulten afloren con objetividad”.
Pues muy mesurado lo declarado, pero los analistas lo ven como un golpe de hierro con guante de seda. Lo cierto es que en el amor y la guerra, todo se vale, y eso lo sabe muy bien, Ricardo Monreal, quien ya se frota las manos para ocupar el lugar de las preferencias presidenciales, de Claudia y del buen Marcelo.
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