Resulta que el infractor se negaba a pagar una multa y luego de un rato de platica el oficial y el infractor empezaron a discutir, pero al cabo de un rato ambos empezaron a jalonearse y luego a empujarse. Tras esto, lo extraño ocurrió y el dueño del auto tomó la mano del uniformado y sin más le arrancó un pedazo de dedo.
Al ver esta situación, sus compañeros lo auxiliaron y entre todos detuvieron al agresor. Luego de esposar a esta persona, los oficiales llamaron a un médico y este determinó que Mario Rojo Caballero había perdido parte de la falange del dedo meñique.