Cuando se privilegia la amistad y se deja de lado la preparación académica, o cuando se da rienda suelta a las pasiones y excesos, sobre todo en lo que tiene que ver con ocupar puestos públicos, se dan situaciones inverosímiles que atentan contra nuestro sentido de asombro. Resulta que la periodista Claudia Guerrero escribe un interesante artículo bajo el tema: “Strippers del Bar 4:40, hoy son titulares de despacho, candidatos y funcionarios en la SEV”, donde da santo y seña de cómo la camarilla de chippendales, quienes fueron compañeros de oficio del actual secretario de Educación, ha desplazado a candidatos honorables y con mayor prestigio y carrera política en puestos de primer nivel y en candidaturas para las próximas municipales.
Tal parece que Zenyazen Escobar no ha tenido tiempo de leer el Código de Ética de la 4T, ni la Cartilla Moral de AMLO. Y es que, sin ser moralistas ni espantados, si se relajan las normas morales en la administración pública o en los partidos políticos, luego se dan casos como el del diputado Saúl Huerta a quien las evidencias señalan como un depredador sexual en potencia.
O qué decir de las serias acusaciones de violación contra el íntimo amigo del propio presidente, desde luego que nos referimos a Félix Salgado Macedonio. Ojalá, aunque lo dudamos, que el gobernador de Veracruz tome cartas en el asunto.
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