México se acomoda cada vez más a ese calificativo peyorativo que en los años setentas le ponían los americanos, una república bananera. Y es que un país con una supuesta división de poderes, con instituciones probadas, con elecciones libres está regresando a la época de las cavernas. En su conferencia mañanera el presidente López Obrador ha dicho que la decisión de cancelar la candidatura a su compadre Salgado Macedonio, es un atentado contra la democracia.
Por ello, ya que para Morena y la presidencia el INE no tiene legitimidad, lo mejor será preguntarle a la gente por teléfono: «Hay que esperar a que lo resuelva el Tribunal. Sería muy sencillo, ahora que hay sistemas de call center, que hoy y mañana, como una empresa especializada, cierren encuesta en Guerrero y le preguntaran a todos: ¿quieres que participe este candidato o no? ¿se le acepta el registro o no? Y hacer lo mismo en Michoacán».
Ya sabe usted cómo arregla las cosas el presidente. El problema del avión presidencial lo “resolvió” con una rifa sin avión; el problema del aeropuerto de Texcoco lo arregló con la ampliación de Santa Lucía; el tema de enjuiciar a los expresidentes con una encuesta patito. Ahora, para resolver el tema de un candidato que no cumplió con las reglas del INE, pues hacer una encuesta telefónica.
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