Ahora que el INE tiene nuevamente el caso de Salgado Macedonio en su cancha, la dirigencia de Morena no tiene empacho en amenazar al árbitro electoral. Es como en un partido de futbol donde un árbitro ha anulado un gol, los jugadores que se sienten perjudicados van y se lanzan con insultos y amenazas contra el árbitro, obligando a este a anular ese gol.
¿Qué clase de árbitro es? ¿Qué clase de jugadores son? Mario Delgado descaradamente les dice a los consejeros electorales: «Que INE mida consecuencias de sus acciones». Si el INE cede y devuelve candidatura a Salgado Macedonio, Morena sabrá que con amenazas el instituto electoral aflojará. Mejor sería que renunciaran.