Armando Ortiz / Para el 50.6 por ciento de los veracruzanos, Andrés Manuel López Obrador miente. Esto es lo que la encuesta de Arias Consultores monitoreó. Sólo el 49.4 por ciento piensa que dice la verdad. Esto contrasta con el promedio nacional. De modo que para la mitad de los veracruzanos es inútil que López Obrador le venga a echar flores a Cuitláhuac García, o a decir que es honesto, porque a estas alturas millones de veracruzanos ya no creen ni en la honestidad de López Obrador. Dijo el presidente algo que ya suena a broma, a tomada de pelo: “Es un hombre honesto y eso para mí es muy importante”. Los hechos ocurridos últimamente en el estado, el uso de las instituciones para venganzas personales, la represión en contra de manifestantes, sin importar que sean adultos mayores, la omisión de un Ejecutivo ante la rapiña que se vive en cada dependencia estatal, el nepotismo rampante, las torpezas de un gobernador sin juicio; y se podrían enumerar más cosas que ya son del conocimiento de los veracruzanos, todo eso nulifica cualquier halago de un presidente que ha perdido credibilidad. López Obrador debería de estar preocupado, el estado que le dio más votos y más diputados federales, está a punto de cambiar de rostro gracias a ese “hombre honesto” que tanto apapacha.
Cuitláhuac García, en poco más de 2 años se ganó el repudio que a Javier Duarte le tomó 5 años; en 2015 Duarte mandó agredir a jubilados
Fue un 23 de diciembre de 2015, los jubilados del IPE exigían que se les pagara, pues ya estaban enterados que el dinero de sus jubilaciones estaba siendo desviado para las empresas fantasma de Javier Duarte. ¿Cuál fue la respuesta? La revista Proceso lo relata de la siguiente manera: «Elementos de la Fuerza Civil y de la Policía Estatal Acreditable replegaron con escudos antimotines y con toletazos a un centenar de pensionados y jubilados que por tercer día consecutivo bloquearon diversas calles del centro histórico de Xalapa, para exigir al gobierno de Javier Duarte el pago de sus prestaciones, retroactivo salarial y sus dos quincenas de diciembre». Una imagen se hizo emblemática, un jubilado, al que le faltaba una pierna, con sus muletas, enfrentaba a los instrumentos de la represión. Cuitláhuac García llegó con la promesa de no reprimir, de no utilizar la fuerza contra aquellos que se manifestaran, pues estaba entrando en vigencia la anhelada «República Amorosa»; «abrazos, no balazos». Pero lo que hicieron con el vocero de los verificentros, un adulto mayor defendido por una mujer adulta mayor, no tuvo madre. Pero el agravio va más allá. Todos vimos la agresión de los policías contra este adulto mayor y ahora resulta que el adulto mayor es acusado de haber ultrajado a la policía; eso es no tener madre. En poco más de 2 años, Cuitláhuac García se ha ganado el repudio que a Duarte le tomó 5 años.
Cuidado, si un policía pretende arrestarlo, aun sin tener justificación, y usted se resiste, con eso le pueden aplicar “ultrajes a la autoridad”
Se ha dado el caso en que elementos de la fuerza pública, sin orden de aprehensión y de manera arbitraria, han intentado detener a un ciudadano. El ciudadano, que se sabe inocente, trata de resistirse al arresto. En los tiempos de la Cuarta Transformación eso basta para que el gobierno de Cuitláhuac García le aplique el delito de “ultrajes a la autoridad”. Puede que después se descubra que los policías se equivocaron, o que abusaron de su autoridad, pero mientras tanto, usted deberá permanecer hasta seis meses en prisión por “ultrajes a la autoridad”. Señalan los abogados que es inconstitucional la aplicación de ese delito, que los tratados internacionales condenan esa forma de abuso de autoridad. Concuerdan los abogados que un amparo libraría al sujeto de la prisión, sin embargo, la intención represora del gobierno es tenerlo a usted en prisión, para darle una lección y ponerlo de ejemplo. Por ello, en la Fiscalía del estado tienen como estrategia retrasar cualquier procedimiento antes de que un juez federal le conceda a usted un amparo. Morena y el gobierno de Cuitláhuac García se están convirtiendo en un estado tiránico, que pretende acabar con los adversarios políticos o con los manifestantes que critican a su gobierno, con este tipo de argucias. Resultaron peores que aquellos que tanto criticaban.
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