Uno de los grandes pendientes en este país es el abuso que se comete en muchos expendios de gasolina que durante años han dado litros incompletos de gasolina. Es una práctica muy común. Aparte de que los ciudadanos debemos pagar una gasolina muy cara, debemos conformarnos con litros de 900 mililitros o hasta de menos. Es por ello que la intención del presidente López Obrador de preparar una reforma para que las gasolineras que no vendan litros completos sean clausuradas y las concesiones canceladas es algo que se debe aplaudir.
El presidente también dijo que la gasolina debe costar lo mismo que costaba en 2018, alrededor de los 15 pesos por litro; se ve difícil ahora que la gasolina está cerca de los 22 pesos por litro. La intención del presidente es buena, sólo falta que se presente esa reforma, se apruebe y se implemente como ley.
No vaya a ser que, en su lucha contra los malos gasolineros, le suceda lo que le pasó con los huachicoleros. Al principio de su gobierno muy entusiasmado por acabar con el huachicol. Todos los días daba cifras alegres de ese combate. Después, al darse cuenta de lo complicado del problema, optó por dejar las cosas como estaban. Aunque por supuesto, no reconoció su derrota.
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