Juan Antonio Nemi Dib siempre ha declarado que es inocente, que él nunca se ha robado un peso; lo pregona porque muchos se lo creen. Detenido y en la cárcel seguía comunicándose con algunos periodistas a los cuales reclamaba que lo siguieran considerando un saqueador. «No sabes el daño que le haces a mi familia» nos decía cuando publicábamos alguna nota sobre su caso. Pero él no pensaba en el daño que le hizo a su familia con su actuar como funcionario público; él pensaba más en los beneficios. Desde la cárcel seguía pregonando su libertad a costa de la culpabilidad de los demás.
Ya cuando le concedieron que su proceso podría llevarlo en libertad, evadiendo así la vinculación a proceso, salió pregonando que era inocente, que habían actuado con alevosía y ventaja en contra de él. Hoy 3 de febrero, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa con sede en Boca del Río, Veracruz, confirmó la sentencia que él trataba de evadir. Juan Antonio Nemi Dib, de acuerdo a la sentencia, incurrió en desvío de recursos públicos federales, es por ello que deberá devolver a las arcas de la Federación un millón 876 mil 237 pesos.
No es mucho dinero, Nemi debería devolver ese dinero y ya, asunto cerrado. Pero no, conociendo al exsecretario de Salud, va a salir a pregonar su inocencia, va a decir que fue preso político y que con él se está cometiendo una gran injusticia. Entonces, la justicia se va a encabronar con Nemi y le va a buscar más; y mire usted que le puede encontrar mucho más, mucho más.
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