El periodista Carlos Loret de Mola, uno de los comunicadores más odiado por el presidente (cómo no, si puso en evidencia a Pío y a Felipa), relata en su columna de El Universal un detalle que muestra cómo la secretaria de Gobernación advirtió el montaje patético que son las mañaneras. Ante la falta de medios serios y la abundancia de aduladores que se hacen pasar como periodistas, la secretaria se hartó de esas adulaciones y preguntas a modo.
De modo que uno de esos días que le tocó sustituir a López Obrador en la mañaneras, pidió a los reporteros de verdad que preguntaran. Loret de Mola lo relata así: «Le ha de haber dado un poco de pena ajena a la secretaria de Gobernación. Porque para el tercer día que encabezó la mañanera, de plano pidió que pudieran preguntar más reporteros de verdad: “¿Alguien de Reforma y de EL UNIVERSAL? Para que podamos también tener aquí a los diarios más importantes”, se sinceró».
Por supuesto, lo mismo pasa con las conferencias de prensa de Cuitláhuac García, donde los medios serios ni se toman la molestia de ir a escuchar sus peroratas falaces.
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