Sólo por eso Fernández Noroña tuvo que disculparse: «En acatamiento a la sentencia de la máxima autoridad electoral y asumiendo la responsabilidad y el alcance de mis palabras, ofrezco una disculpa pública a la diputada federal Adriana Dávila Fernández, por las expresiones que utilicé en el Congreso de Tlaxcala el 4 de octubre del 2019». Para Fernández Noroña la expresión «ponerle una chinga la próxima vez que abra la boca» no es violencia política, sólo es lenguaje coloquial, pero de todos modos se disculpó.
Por su parte, la diputada Adriana Dávila anotó en respuesta: «Los servidores públicos están obligados a medir el alcance de sus palabras y pensar el daño que estas pueden causar si se usa la ofensa, la calumnia y la descalificación en lugar de los argumentos». Al parecer pusieron en su lugar al diputado troglodita, sólo se espera que asista a los cursos de sensibilización sobre violencia física para que en otra ocasión entienda el daño que pueden causar sus insultos.