En el sindicato de Pemex pronto habrá cambio de dirigencias, la preocupación es el gatopardismo y simulación en las próximas elecciones. La actual dirigencia hará hasta lo imposible por darle continuidad mediante candidatos a modo. En el SNTE, las cosas están peor.
La actual dirigencia se encuentra acorralada por una ley laboral que le exige democracia y elecciones libres, es cierto que han dilatado las renovaciones de casi el 50 por ciento de secciones del SNTE que ya están vencidas, no obstante, se resisten a sacar la convocatoria para la renovación del actual comité nacional. El gobierno de la 4T debe de tomar en cuenta que los ojos de Biden estarán sobre ellos y, la poca apertura democrática del gigante magisterial, puede ser el pretexto, para que el nuevo presidente lance una ofensiva mediática por falta de garantías democráticas en el sindicato más grande de América Latina.