De nada sirvió que el operador electoral de Cuitláhuac García, Esteban Ramírez Zepeta, recorriera los municipios de Veracruz; de nada sirvieron las camionetas último modelo en que viajaban; puro desperdicio la gasolina que gastaron y las bardas que pintaron. Todo ese recorrido que hiciera Ramírez Zepeta tenía como propósito que lo ungieran como dirigente estatal de Morena, pero de nada sirvió tanto dinero, ahora tirado a la basura. El que hace labores de dirigente estatal es Gonzalo Vicencio Flores, quien cuenta con el beneplácito de Mario Delgado, el dirigente nacional.
En caso de que Esteban Ramírez Zepeta quiera acceder a la dirigencia de Morena en Veracruz, tendrá que esperar a que pasen las elecciones de 2021. El Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) emitió ese decreto: «Una vez concluido el proceso electoral local 2020-2021, el Comité Ejecutivo Nacional de MORENA deberá emitir la convocatoria respectiva para llevar a cabo la renovación del Comité Ejecutivo Estatal de dicho instituto político en Veracruz, salvaguardando la salud de la militancia y apegándose a la normatividad derivada de la pandemia de COVID-19 que se vive actualmente en el país y el mundo en general».
Si Ramírez Zepeta esperaba negociar el varo de las candidaturas, se quedó con las ganas. Todo esto, por cierto, es consecuencia del pésimo manejo político que se ha llevado en el estado de Veracruz.
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