Carta abierta a Cuitláhuac García Jiménez, gobernador de Veracruz de Francisco Berlín Valenzuela (ciudadano veracruzano)

Francisco Berlín Valenzuela y Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB

Francisco Berlín Valenzuela / Coatepec, Ver. 13 de enero de 2021. Quisiera comenzar esta carta, recordando con usted, que la política es una actividad ejercida por los seres humanos, con el propósito de servir con desinterés a sus semejantes y ayudarlos a resolver los problemas por los que atraviesan en sus vidas. Su realización se desarrolla como pensamientos y acciones, dando lugar a las ideas políticas y a los hechos políticos.

Quienes se dedican a estas actividades, necesitan tener conocimientos de la historia de las ideas políticas, para comprender la influencia que han ejercido en líderes y conductores de pueblos, quienes inspirados en ellas han determinado la orientación ideológica para gobernarlos. Los pensadores políticos, han sido los forjadores de los sistemas políticos y de las formas de gobierno y de estado.

Usted, por azares de la vida, de repente se vio envuelto en las actividades políticas, favorecidos por circunstancias que lo han colocado en el honroso cargo de Gobernador de Veracruz. Han pasado casi 26 meses y el pueblo que gobierna, no parece sentirse satisfecho con las ideas políticas que lo animan, ni con las acciones realizadas, razones que explican las fuertes críticas y adversos comentarios a su actuación pública.

En estas condiciones, es de pensarse que ha llegado el momento de hacer un acto de reflexiones profundas, con una autocrítica sería y sincera, evaluando lo hecho hasta ahora en el ejercicio de su cargo, el apoyo que le han brindado sus colaboradores, algunos de los cuáles no han sabido responder a su confianza, tal vez, por su falta de preparación para el desempeño de los cargos que ocupan, carencia de creatividad y ausencia de espíritu de servicio, lo que hace recordar la frase colocada en el frontispicio de la Universidad de Salamanca “Lo que natura no da, Salamanca no presta”.

Lo anterior se lo comento, porque en muchas partes de nuestro Estado y fuera de sus límites, me apena escuchar tantas críticas y censuras sobre su persona, bromas de mal gusto aludiendo a la forma en que está ejerciendo el poder en Veracruz, desaprovechando la valiosa oportunidad que la vida le ha otorgado, para aprovechar el cargo a fin de contribuir a mejorar las condiciones existenciales de la población que generosamente lo llevó al poder mediante su voto.

Veracruz es y ha sido una tierra pródiga en hombres valiosos, que han brillado nacional e internacionalmente en las diversas ramas de sus profesiones, los cuales son un motivo de orgullo para todos los habitantes de la entidad.

A lo largo de su gobierno, usted ha dado la impresión de desconocer el valor de estos veracruzanos, poseedores de valiosas experiencias administrativas, encerrándose en una burbuja de cristal esmerilado, rodeado por cortesanos que no dejan que nadie se le acerque, provocándole un distanciamiento social con sus gobernados, que ha dañado su imagen como servidor público de alta investidura.

Urge que salga de esa burbuja, que abra las puertas de sus oficinas y que atraiga a los ciudadanos para establecer un diálogo directo con ellos, pues me consta que muchos se alejaron de usted, al ver que sus puertas estaban siempre herméticamente cerradas.

Tal vez, mi formación política al lado del Gobernador Murillo Vidal, me hizo comprender la importancia de que los funcionarios reciban a sus gobernantes, pues como él decía al dialogar con las personas, muchas de las cuales vienen de municipios lejanos, aprendía de ellos, de sus necesidades y de sus problemas, permitiéndole conocer directamente el entorno humano y material de sus comunidades.

De él aprendí que a los colaboradores hay que seleccionarlos por su prestigio personal y profesional, tratando con ello de rodearse de buenos elementos, capaces y preparados. Recuerdo que a muchos de sus importantes funcionarios, los designó él sin conocerlos personalmente, viendo sólo sus curriculums e informándose de sus capacidades a través de sus amigos.

También, debe ser una lección para muchos funcionarios, lo que pensaba Murillo Vidal, de que los políticos que llegan al poder, no debían mantener rencores en contra de sus adversarios en las luchas políticas, porque eso los llenaba de amargura, de resentimientos y de sentimientos de venganza que mucho les perjudicaba en su estabilidad emocional para gobernar.

Espero señor Gobernador, que analice usted esta carta, hecha de buena fe, por un ciudadano que ha servido a su entidad y a la federación , con honradez y deseos de ser útil en todos los cargos desempeñados. No me anima al dirigírsela ningún interés personal, ni tampoco pretensión laboral alguna, pues sólo aspiro a que rectifique un camino que ha sido recorrido con insuficientes y limitados conocimientos en el arte de gobernar, dañando su prestigio de funcionario veracruzano.

Se que probablemente no merezca de su parte ninguna atención, ni le interese lo que opino sobre su gobierno, pero ojalá le provoque algunas decisiones firmes, que lo lleven a reestructurar su equipo de gobierno, servir mejor a su pueblo y a favorecer su imagen como gobernante, en beneficio de Veracruz.

ATENTAMENTE

Francisco Berlín Valenzuela

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