Para millones de norteamericanos queda claro que fue el mismo presidente Donald Trump el que incitó a las multitudes para que acudieran al Capitolio a exigir que no se validaran los votos electorales. Sus palabras en una manifestación calificada de “salvaje” invitaron a sus huestes a dirigirse al Capitolio. Cuando la toma del Capitolio se daba, Trump y su equipo celebrara mientras veían en los monitores como sus seguidores se metían al recinto del Congreso; se escuchaba el tema “Gloria” cantado por Laura Branigan, algunos bailaban y celebraban la toma del Capitolio. Joe Biden calificó a estos seguidores de Trump como “terroristas domésticos”.
Se reportan al menos 5 muertos, entre ellos una veterana, fanática de Trump, a la que se le disparó en el pecho. Ahora Trump dice que esos que tomaron el Congreso “han ensuciado la democracia estadounidense. A quienes se involucraron en los actos de violencia y destrucción, no representan a nuestro país y a quienes rompieron la ley, pagarán”.
Es decir, primero los azuza y luego los acusa. Queda pendiente la sanción, no para los manifestantes que tomaron el Capitolio, sino para el mismo Trump que azuzó a la gente para que fueran a ese recinto. Ya se piensa en destituirlo, a pesar de que le quedan menos de dos semanas de mandato.
The Trump family hosted a viewing party to watch the terrorist attack on the U.S. Capitol. Kimberly Guilfoyle & Don Jr say “fight” with sick glee as they count down to the insurrection. Donald Trump stares at the screen, awaiting the violence he incited.pic.twitter.com/4R3HoHmIeW
— Stephanie Kennedy (@WordswithSteph) January 7, 2021
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