En abril de 2020 el ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark, se fue de vacaciones con su familia a la Playa de Doctor’s Point. Unos días antes, el 25 de marzo David Clark ordenó un confinamiento estricto a los neozelandeses con el fin de contener el avance del coronavirus. Pero el ministro, así como López-Gatell, fue descubierto rompiendo el confinamiento que el mismo impuso. La sociedad neozelandesa se fue contra él, lo que lo obligó a renunciar. “Soy un idiota”, dijo de sí David Clark.
Reconoció que su viaje fue “una clara violación de los principios del confinamiento”. Sin embargo, Hugo López-Gatell se va de vacaciones a las playas de Oaxaca y contesta a los reclamos que le hacen: “No tengo nada que ocultar. Efectivamente fui a la costa de Oaxaca, a la región de Pochutla. Es un sitio hermoso con población muy generosa, muy benévola, y fui a visitar a familiares muy cercanos, a personas muy amigas y estuvimos en una casa particular durante los días de Fin de Año”.
Si López-Gatell tuviera la dignidad de David Clark, renunciaría. Pero no hay que pedirle peras al olmo, López-Gatell no tiene dignidad, sólo tiene excusas.
Comentarios