Con la salida de la embajadora Martha Bárcenas, se le allana el terreno al “Carnal Marcelo” para la grande

Guerra
Marcelos Ebrard y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

Con la salida de la embajadora Martha Bárcenas, quien representó dignamente a México en el país vecino, se despeja el camino rumbo a la presidencia del 2024 para el canciller Marcelo Ebrard. En estos momentos, donde el brillo del Rockstar Hugo López-Gatell se apaga, surge la figura del Clark Ken de la política mexicana como salvador de los mexicanos, al convertirse en el máximo promotor de la vacuna del covid-19. No hay nadie que le haga sombra, ni el poderoso coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, tal vez un poco la mandamás de la Ciudad de México.

No obstante, Marcelo Ebrard hasta este momento ha sabido tejer fino y, lo más importante para sus planes, no se ha contrapunteado con el Gurú de la 4T. Desde luego que uno de los más grandes aciertos del “Carnal Marcelo” fue impulsar a Mario Delgado a la presidencia de Morena. Con esa posición, se podrá armar una estructura de gobernadores que fortalezcan sus aspiraciones presidenciales.

Es cierto, faltan cuatro años para que AMLO se vaya a su rancho, pero es tiempo suficiente para afianzarse y trabajar fuerte para ser el relevo del tabasqueño. Así que por lo pronto, el buen Marcelo se encuentra en los cuernos de la luna. Eso sí, debe de pisar con mucho cuidado y, sobre todo, no debe olvidar ese dicho que reza: «Que al jefe no se le rebasa ni en carretera».

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