Es por ello, y ante la imposibilidad de mover esos dólares, que Salinas Pliego mandó a sus cabilderos al Senado para que, encabezados por Ricardo Monreal, movieran una reforma a la ley del Banco de México para que esta institución pudiera recibir dólares en efectivo, pero también dólares de las instituciones bancarias, por ejemplo, de Banco Azteca.
El propio director del Banco de México, Alejandro Díaz de León, ha señalado el riesgo de que Banxico se convierta en una gran lavadora de dinero al servicio del banco de Ricardo Salinas Pliego, uno de los amigos y asesores del presidente López Obrador. Pero ya ve usted, con esta Cuarta Transformación lo que dice el presidente, eso es lo que se hace. Si los diputados lo avalan, sería el negocio del siglo.