Por ejemplo, hace unos días, cuando se refirió a los contratos que Pemex otorgara a su prima hermana Felipa Obrador, contratos por 365 millones de pesos, el presidente se quiso zafar del problema diciendo que él no sabía de esos contratos. Pero, ¿cómo?
El 15 de diciembre, en una de sus tantas mañaneras, López Obrador, refiriéndose a la corrupción que sucedía en el país dijo: «Nada de que el Presidente no sabía, no se enteraba, lo engañaban, eso es falso, el Presidente de México está informado de todo lo que sucede y de las transas grandes que se llevaban a cabo y que pudiesen realizar… todas esas transas llevan el visto bueno del Presidente aunque no firme». ¿En qué quedamos? ¿El presidente sabe o no sabe? En el caso de López Obrador, no sabe lo que no le conviene.