La persona que lo encontró vio que era un animalito tan dulce que no imaginaba la razón para que alguien haya tomado la cruel decisión de abandonarlo a su suerte. Después optó por llevarlo a un refugio. Ya en el refugio el perrito se sintió destrozado y decidió permanecer en una esquina y no quiso levantarse de ahí durante dos días. Por ser un mestizo de pitbull las posibilidades de que lo sacrificaran eran muy altas y el ánimo del perrito decaía día a día.
Tras la noticia la organización Second Chance Rescue NYC Dogs intervino, sacaron al perro y comenzaron la búsqueda de un hogar temporal que le brindara el amor que tanto necesitaba. Después de un tiempo, encontraron a la familia indicada. En estos momentos Romeo, como le llamaron sus nuevos dueños, cuenta con una familia que le da todo su cariño. El Romeo que un día sufrió el abandono de sus dueños recuperó su alegría para no perderla nunca jamás, su alegría ahora es doble, pues en el nuevo hogar tiene una hermanita llamada Porscha con la cual juega todos los días.