Y es que no es necesario tanto drama porque existe el derecho de réplica. Lo sabe muy bien Mónica Robles porque es parte de una familia de periodistas. Si en algún momento la señora diputada se siente agraviada por la publicación de un reportaje o nota informativa, debe dirigirse al medio que publicó eso para pedirle que corrija o que publique su versión; debe argumentar y mostrar su verdad.
Si la llaman narcotraficante, pues que exija las pruebas de esos dichos o que demande por daño moral. Pero vende más subirse a la tribuna con sus iguales, diputados de tercera (la Reina del Nepotismo por ejemplo) para leer un documento que despierte en los presentes un sentimiento de empatía. Sólo le faltó, a Mónica Robles, envolverse en la bandera de la “República de las Mujeres” y lanzarse desde lo alto del Castillo de Chapultepec.