Dos imágenes llamaron la atención de la redacción de Libertad bajo Palabra. La primera fue la imagen de un joven que toma un paraguas para cubrir de la lluvia a una anciana que cruza la calle de Enriquez hacia el parque Juárez; ella por su edad camina muy lento, la lluvia tiene oportunidad de mojarla más, pero el joven la cubre con su paraguas. Una gran muestra de empatía. La siguiente imagen es la del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, quien camino a palacio de Gobierno, sobre el mismo parque Juárez, es abordado por un vendedor de chocolates que le pide que le compre una barra.
El vendedor suplica: “Solo uno que me compre señor. Échame la mano. Sólo esta vez, sólo esta vez señor, no se vende, apóyeme. Tengo mucho problema económico señor. Por favor gobernador”. Cuitláhuac García prefiere no escucharlo, le dice que para la próxima y se aleja. ¿Qué pasó con Cuitláhuac García que perdió esa cualidad humana que se llama empatía? ¿Por qué tanta indolencia? ¿Por qué tanta indiferencia? ¿Por qué esa insensibilidad? Hace unos días el gobernador de Veracruz dio su Segundo Informe de Gobierno, en ese informe dijo que estaba trabajando para beneficio de los veracruzanos.
La escena que vimos en el video es una muestra contundente de que al gobernador los veracruzanos le valen madres. Los veracruzanos necesitados son un pinche fastidio con el que es mejor no toparse. “Para la próxima”, le dice el gobernador a una persona que le suplica ayuda. Todavía están esos espectaculares donde se ve a Cuitláhuac García abrazando a una anciana. ¡Qué buena gente el gobernador! Sabe, después de lo que acabamos de ver, mejor retírenlos.
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