A seis años de la muerte de uno de los veracruzanos más ilustres, merece la pena recordarlo. Es por ello que publicamos un fragmento del artículo “Jorge Saldaña, réquiem por un combatiente” que el periodista Armando Ortiz publicara con motivo de su fallecimiento:
“A Jorge Saldaña o le caías bien o no le caías. Yo le caí bien, leía mis columnas, me mandaba mensajes y cuando no le llegaban mis artículos me llegaban reclamos. Jorge tuvo fama de intolerante, pero su intolerancia era un irreprimible desprecio a la ignorancia. Por eso siempre trato de combatir la ignorancia, con esos programas en los que la inteligencia era la llave maestra que abría todos los significados.
Jorge fue un gran combatiente. Toda la vida sus malquerientes intentaron sacarlo de la televisión, porque era un pensador incómodo, porque era un hombre que con inteligencia desvelaba los verdaderos propósitos de los malos gobernantes. Jorge fue un hombre generoso, muchas fueron las causas que amparó.
A pesar de ser un hombre de gesto severo, hoy que ya no está con nosotros, recuerdo muy bien su sonrisa, amplia, brillante y benévola. Murió Jorge Saldaña que era un hombre congruente como pocos, un chingón, un cabrón también; para mí un maestro, un amigo, un ejemplo”. Extrañamos a Jorge Saldaña, un hombre que no se repetirá.
Comentarios