Le decían el Bola 8,
pero no por su hermosura,
le encantaba el zancocho,
por ello esa gordura.
La calaca pretendía
un puesto en el gobierno.
Por eso lo perseguía
como a un Adonis moderno.
Un puesto le consiguió.
La puso en la Fiscalía.
Bola 8 le cumplió,
sus besitos merecía.
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