De entrada, el segundo a bordo, metió las manos en el congreso del estado, para sacar la reforma constitucional en materia electoral que blinda al gobernador para que este no fuera sometido a consulta para revocación de mandato. Metió las manos y la mayoría de los diputados de Morena salieron embarrados de calabaza.
Cuando se aferraron para que al frente del Poder Judicial quedara Sofía Martínez Huerta para servir a las órdenes de Palacio de Gobierno y poner al Tribunal a su disposición, también hicieron un estercolero. Hoy que hay motín en esa institución, a muchos la calabaza les llega hasta el cuello.
Pero la cereza del pastel de calabaza, la pusieron cuando impusieron a una fiscal espuria, Cisneros Burgos y Cuitláhuac García (en ese orden), se baten en entre el estercolero ante la falta de resultados de Verónica Hernández Gadianns, una mujer que no contaba ni con el examen de confianza, ni con los méritos suficientes y mucho menos con la capacidad y preparación para llevar dicho cargo. Esos son los nuevos Midas de la Cuarta Transformación. De manera que no hay mucho que esperar de ellos.