Lo viral

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- en Opinión

Alberto Calderón P.* / Un concepto que pasó de la biología y de un salto se hizo popular en el marketing a partir de los años noventa es el de las ventas, atrapando a los consumidores como lo menciona Jeffrey Rayport en “The virus of Marketing publicado en1996.

Su disertación es puramente metafórica cuando hace el comparativo entre la penetración publicitaria y un virus, dice que penetra en sus portadores sin que estos se den cuenta, el engaño del que somos presa fácil parece otra cosa. Una de sus características es que el portador no se percate, que no sea consciente de que está facilitando su propagación con sus acciones, esto ayuda a transmitir como portador viral de un fin comercial.

Esta penetración anteriormente se hacía (y sigue haciéndose en menor medida) por medios tradicionales como lo son periódicos y revistas impresas, de forma auditiva en la radio o visuales como la televisión, pero uno de los cambios que se ha apropiado de forma más agresiva y con mejores resultados fue a partir de este siglo XXI. Varios acontecimientos importantes hemos visto pasar en lo que va del siglo, una de ellas quizá la más destacada ha sido la pandemia por el coronavirus, que trae aparejado el incremento de las compras en línea; durante los meses de confinamiento por amplios periodos fue una de las fuentes de aprovisionamiento de diversos productos, en su gran mayoría no básicos, las redes sociales han contribuido a la expansión de esa oferta comercial. Nosotros nos constituimos en un puente magnífico para viralizar esa forma de comercio, comentando los satisfactorios resultados en alguna compra, generando con ello confianza para que otros la hagan, en muchos casos no somos conscientes de las verdaderas necesidades personales o familiares y hacemos compras de forma dirigida por los proveedores o distribuidores, somos presas de su engaño cuando nos hacen algún regalo extra a nuestra compra o el envío lo realizan de forma gratuita, como “un generoso obsequio”.

Es interesante como muchas cosas que en su momento se vuelven virales tienen que ver con el comportamiento de la gente, muchos que se salen de las normas establecidas por su explosivo carácter, llegando a lo irracional o chusco, los medios lo atrapan y dependiendo del número de reproducciones se puede decir que cae en esa categoría y es que ahora todo se puede contabilizar, durante el siglo pasado no estaba totalmente perfeccionado el recuento de gente que ve algo que pasa de lo chusco a lo aberrante, del éxito en ventas o consumo de algún producto, otro factor lo componen la gente que ejerce cierta influencia, que la mayoría les cree lo que dicen y hacen, todo eso aunado al desarrollo tecnológico e informático, nos hacen caer en compras muchas veces innecesarias donde atrapados en una gran red estamos millones de consumidores.

Así lo explicó Dereck Thompson en su libro Como triunfar en la era de la distracción, en el caso de los éxitos musicales se medían por medio de reproducciones radiofónicas y hoy lo hacen en base a las ventas del producto. Las publicaciones literarias ahora basan sus ventas por medio de estadísticas de consumo para conocer la influencia que tienen los géneros, su penetración, evaluando sus impresiones y reimpresiones, si se ha traducido, cuantas veces lo ha hecho y otros parámetros, atrás van quedando los contextos diversos de la tradición literaria, hoy en día lo cuantitativo está desplazando a lo cualitativo. Nosotros los consumidores seguimos de brazos cruzados ante esta invasión ¡no haremos nada al respecto!

 

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).

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