Aldo Valerio, el #LordMoches del Congreso de Veracruz, está más preocupado por promover a la esposa de Zen para diputada, que cumplir con su trabajo

Aldo Valerio y Juan Javier Gómez Cazarín FOTO: WEB

Dicen por ahí que, para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo, y eso precisamente está pasando en el Congreso del Estado de Veracruz. El diputado morenista José Magdaleno Rosales Torres, mejor conocido como Leno Rosales, hombre bragado que no se queda callado cuando algo no le parece, ha destapado la cloaca del Congreso del Estado y señala que existen varios diputados que practican el nepotismo. Todo ello después de la guerra sucia que ha emprendido el responsable del área de Comunicación Social, Aldo Valerio, en su contra.

Y es que Leno Rosales acusa que Aldo Valerio le pidió dinero para mantener en secreto que el propio hijo del diputado estaba trabajando en el Congreso del Estado. Algo que el propio Leno Rosales reconoció, alegó en su favor que su hijo desquitaba su salario, ayudando en diversas causas de contenido social a favor de la gente.

«Persona comprometida, responsable y respetuosa, a quien le gusta superarse y prepararse para los retos del día a día. Ama la comunicación y la política, por eso cree que mediante el arte de comunicar, se pueden construir muchos puentes y derribar barreras», eso dice la semblanza en internet de Aldo Valerio, pero los que conocen a este imberbe funcionario, saben que ha este muchacho le encanta el billete.

Por lo pronto, el coordinador de Comunicación Social del Grupo Legislativo de Morena está más preocupado por promover la figura de Liliana Coronado, esposa del regordete que despacha en la SEV. Ni hablar, como dice el presentador de Box Azteca, Eduardo Lamazón, «¡hay, tiro, hay tiro!» en el Congreso del Estado.

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