La compañía que endosó los cheques era una fábrica de herramientas que se los había dado a un comisionista que los perdió. Esos cheques ya no los tomaban en cuenta debido a que la empresa los dio por perdido. Luis relata que en esos momentos estaba pasando una situación crítica pues estaba punto de quedarse sin empleo y pensó que, si los regresaba a la empresa, esta le daría algo que lo ayudaría a salir de ese mal momento. El hombre creyó que la recompensa por su buena acción sería gratificante.
Las palabras que dijo Luis ante un medio de comunicación fueron las siguientes: “Les llevé los cheques de buena fe y no esperaba nada. Ellos estaban sorprendidos y me dijeron si quería algunas herramientas. Les dije que no y una de las chicas pidió que me trajeran algo y aparecieron con una pala”. La empresa, en vez de recompensarlo, se burló de él y de su honestidad. Luis no tenía ni jardín en su casa para utilizar la pala y la empresa en vez de darle las gracias le dijo que si deseaba algo más que hiciera una cita con el gerente.