Caso Ayotzinapa, un caso político. A los padres todo mundo les va a ofrecer disculpas, nunca una solución; igual eso es lo que conviene

Los 43 de Ayotzinapa, la protesta eterna FOTO: WEB

El caso de los 43 de Ayotzinapa, ha quedado claro, fue un crimen que el gobierno quiso ocultar. Los primeros acusados fueron los Abarca, después los Guerreros Unidos, ahora la culpa es de Tomás Zerón. Hasta se podría decir que la verdad del caso ya se ha dicho, sólo que nadie le ha prestado atención. Cuenta la leyenda que un día Fernando Gutiérrez Barrios mandó llamar a Rosario Ibarra de Piedra, quien crecía como figura a nivel nacional por la búsqueda de su hijo. Gutiérrez Barrio le dio santo y seña a doña Rosario de los que había sucedido con su hijo; incluso donde estaba enterrado.

Cuenta la leyenda que doña Rosario le pidió al hombre leyenda que por favor no diera a conocer esa información, pues una vez descubierto el paradero de su hijo su lucha terminaba, lucha que ya se había vuelto un movimiento político. Así sucederá en el caso de los 43 de Ayotzinapa. A estas alturas pedir que les devuelvan vivos a sus hijos está fuera del alcance no sólo del gobierno de López Obrador, sino de cualquier gobierno.

Por eso, lo único que queda es pedir disculpas: «Ofrecerles mis disculpas a nombre del Estado porque estamos ante una gran injusticia cometida por el Estado mexicano», dijo López Obrador a los padres. Después les ofreció la reparación del daño y aclarar el caso. Los padres año con año recibirán disculpas y tal vez año con año les reparen el daño con un monto determinado. Pero la solución del caso, eso nunca tendrán, ni les conviene a los padres que eso se solucione.

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