Cuenta la leyenda que doña Rosario le pidió al hombre leyenda que por favor no diera a conocer esa información, pues una vez descubierto el paradero de su hijo su lucha terminaba, lucha que ya se había vuelto un movimiento político. Así sucederá en el caso de los 43 de Ayotzinapa. A estas alturas pedir que les devuelvan vivos a sus hijos está fuera del alcance no sólo del gobierno de López Obrador, sino de cualquier gobierno.
Por eso, lo único que queda es pedir disculpas: «Ofrecerles mis disculpas a nombre del Estado porque estamos ante una gran injusticia cometida por el Estado mexicano», dijo López Obrador a los padres. Después les ofreció la reparación del daño y aclarar el caso. Los padres año con año recibirán disculpas y tal vez año con año les reparen el daño con un monto determinado. Pero la solución del caso, eso nunca tendrán, ni les conviene a los padres que eso se solucione.