Una intentona considerada un madruguete, sin el aval de la autoridad laboral y sin el visto bueno de los maestros de base. Por cierto, en su reglamento a modo, a las secciones les llaman directivas.
Y es que, el magisterio está molesto con la actual dirigencia nacional; los maestros han sido testigos de cómo el sindicato más poderoso de América latina ha pasado a ser una cueva de salteadores y cobardes que no han sabido defender los derechos laborales del maestro. Por esa razón, la actual dirigencia debe dar paso a la democratización en el SNTE.