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Alberto Anaya y Mario Delgado fueron los encargados de clavarle el puñal de la traición a Noroña

Alberto Anaya y Mario Delgado fueron los encargados de clavarle el puñal de la traición a Noroña FOTO: WEB

Alberto Anaya ya lo tenía pensado, por sus venas corre la traición, él sabía que no tenía que contradecir las recomendaciones del gran Tlatoani, sabía que ya antes, por venia del actual presidente de México, se le había salvado el registro a la franquicia del PT, que él preside. Por esa razón no tuvo empacho en dejarse convencer para ceder la presidencia al PRI, claro que como buen marchante pidió a cambio la presidencia del Congreso de Nuevo León para la esposa de su coordinador, Reginaldo Sandoval.

El sacrificado sería Gerardo Fernández Noroña. Por otro lado, la reunión del martes pasado entre Mario Delgado, Olga Sánchez Cordero y René Juárez, donde se operó la llegada de Sauri Riancho, deja constancia que seguimos bajo la vieja costumbre de la negociación en lo oscurito.

Por cierto, Mario Delgado jura y perjura que no hubo tal reunión, sin embargo, eso sólo lo exhibe como un vulgar mercader y traidor, al menos esta jugada lo deja muy desgastado ante sus pretensiones de ser el mero mandamás de Morena. Ya veremos si los morenistas se la dejan pasar, y lo premian con la presidencia del partido.