Cuando la menor acudió a declarar y a que le hicieran los exámenes periciales médicos y psicológicos, la dejaron en la misma sala que la familia de su violador. Ahí permaneció en espera desde las 3 de la madrugada hasta las nueve de la mañana. En todo ese tiempo los familiares del violador insultaron y humillaron a la víctima, le decían que era una putita alcohólica.
Luego de una falsa investigación que presentó la defensa del criminal, la Fiscalía de Justicia del Estado de Zacatecas liberó al agresor. Al enterarse del caso activistas y organizaciones de derechos humanos señalaron que, con lo ocurrido, la Fiscalía ha desprotegido gravemente los derechos de la menor y apuntaron que no sería posible sin la protección de altos mandos de la Fiscalía. El caso ha generado coraje e indignación por la forma tan sucia como se maneja la justicia.