Francisco Vargas / Lejos de cualquier teoría conspirativa, la realidad es que no existe cultura o tradición que logre justificar el tremendo nivel antihigiénico con el que muchas veces se alimentan los países asiáticos, específicamente China, donde se acostumbra comer animales domésticos de dudosa procedencia y con un alto nivel de bacterias, parásitos y obviamente virus.
Fue en Wuhan, ciudad China donde se localizó el epicentro del Covid-19, precisamente en un mercado donde se comercian animales (incluso vivos) como alimento. Perros, gatos, aves exóticas, insectos y reptiles son algunos de los platillos favoritos de los chinos. Y fue precisamente en uno de estos mercados donde surgió el primer caso de “coronavirus” en el mundo derivado de un animal exótico transmitido a un humano después de haberlo consumido como alimento.
Así que Donald Trump no exagera cuando se refiere al “covid-19” como “virus chino”, ya que si a eso le agregamos que el Gobierno Chino y el Partido Comunista de ese mismo país, el cual lleva décadas en el poder ocultó la información sobre este virus lo más que pudo, con tal de no verse mediáticamente afectado. Efectivamente ese país y su gobierno tienen gran responsabilidad mundial de su propagación mundial.
Si bien es cierto que era casi imposible evitar el contagio masivo de un virus completamente desconocido, la información que mantuvieron durante meses resguardada hubiese ayudado a las demás naciones afectadas a poder tomar las medidas sanitarias necesarias a tiempo, para así haber podido evitar muchos contagios y fallecimientos.
Actualmente la Organización Mundial de la Salud está llevando a cabo investigaciones científicas para verificar nuevamente el origen del virus, sin embargo por otro lado todo apunta a que el Gobierno Chino contaba con la información muchísimo tiempo antes de Diciembre de 2019, cuando supuestamente surgió el primer caso en el mundo.
Ni todo el apoyo médico que estos últimos meses ha donado China a los países con más contagios logrará compensar el haber silenciado la información que ese autoritario gobierno censuró dentro de sus fronteras.
Ahora sólo la historia podrá juzgarlos.
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