Pero a casi dos años de gobierno la corrupción en los diferentes ámbitos de gobierno persiste, y nadie, ni el presidente, está haciendo nada por combatirla. Ahora bien, López Obrador, ante la exigencia de usar tapabocas para poner el ejemplo a la ciudadanía, ha dicho: “Me voy a poner un tapaboca ¿saben cuándo?, cuando no haya corrupción ya, entonces me pongo el tapabocas. Entonces, tenemos ese acuerdo, vamos a apurarnos para acabar con la corrupción para ponerme el tapabocas y que yo ya no hable”.
Pero lo dice como si la corrupción caminara por la acera de enfrente; mientras Andrés Manuel no quiera entender que la corrupción camina al lado suyo, entonces no podrá combatirla de manera efectiva.