La crisis del Coronavirus en México le está pegando duro a la economía de los más pobres. De hecho, ya se informó que en el segundo trimestre de 2020 la economía en el país cayó un 18.9 por ciento, lo que es sumamente devastador. Las consecuencias de esta caída serás de más pobreza, desempleo y, por ende, violencia e inseguridad. Va ser muy difícil revertir este daño. Esto lo deberían entender aquellas personas que en este momento se están preparando para buscar un puesto de elección popular.
Los futuros diputados, alcaldes, e incluso gobernadores deben llevar en mente que un país devastado, con más pobres, desempleados y más gente ocupada en la delincuencia, va a requerir de toda su vocación como servidores públicos. Si aquellos que se están preparando para buscar un escaño o una administración municipal tienen en mente que se van a enriquecer con el puesto, se van a dar cuenta que los ciudadanos no van ser tan pasivos como antaño.
La necesidad los hará exigir mejores cuentas. Es por ello que los partidos políticos tienen una oportunidad histórica para postular a sus mejores candidatos, aquellos que en realidad quieran ayudar a los ciudadanos que cayeron en desgracia. Si esto no lo entienden los partidos políticos, entonces, aunque sus candidatos ganen, ellos, como institución política, habrán fracasado.
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