Los futuros diputados, alcaldes, e incluso gobernadores deben llevar en mente que un país devastado, con más pobres, desempleados y más gente ocupada en la delincuencia, va a requerir de toda su vocación como servidores públicos. Si aquellos que se están preparando para buscar un escaño o una administración municipal tienen en mente que se van a enriquecer con el puesto, se van a dar cuenta que los ciudadanos no van ser tan pasivos como antaño.
La necesidad los hará exigir mejores cuentas. Es por ello que los partidos políticos tienen una oportunidad histórica para postular a sus mejores candidatos, aquellos que en realidad quieran ayudar a los ciudadanos que cayeron en desgracia. Si esto no lo entienden los partidos políticos, entonces, aunque sus candidatos ganen, ellos, como institución política, habrán fracasado.