Algo raro está pasando en las oficinas centrales de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), en el kilómetro 4.5 de la capital del estado, donde sigue trabajando un buen número de trabajadores sindicalizados y de confianza. Muy a pesar de que en estos momentos en el estado de Veracruz hay “Alerta Máxima”, ya que el semáforo epidemiológico se encuentra en rojo, debido al alto número de contagios. Al menos se sabe que en oficinas centrales se detectaron dos casos de Covid-19 en la Dirección Jurídica, otro en la Coordinación para la Prevención y Atención de las Adicciones y de las Conductas Antisociales (Copaca). Se sabe que en Educación Especial ya falleció una trabajadora y que en Recursos Humanos ya hay tres infectados que fueron mandados a su casa.
Eso sin contar con los que faltan de la Unidad de Planeación, Evaluación y Control Educativo (UPECE) de la Torre Animas. Los mismos trabajadores han señalado que tienen que seguir asistiendo, ya que algunos laboran por contrato, y que como ellos los propusieron, pues tienen que jalar parejo aunque se ponga en riesgo su salud y la de sus familiares. Otros más, que son sindicalizados, son amenazados con quitarles la compensación y como el sindicato se hace de la vista gorda, pues tienen que entrarle. Por cierto, ya después de ahogado el niño, la SEV tapa el pozo mandando a sanitizar algunas áreas.
Lo cierto es que el “flamante” secretario de Educación, Zenyazen Escobar, nunca metió orden ni les dio el material suficiente material para proteger a los trabajadores. Lo que el de Río Blanco priorizó fue recorrer el norte del estado entregando compus con sus cuates. Las medidas sanitarias eficaces brillaron por su ausencia. Por esa razón, no nos sorprende que cada día salgan más casos de contagios en las oficinas dependientes del gobierno estatal.
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