No obstante, la pandemia no cede en gran parte del país, situación que impide que se regrese a la normalidad. El semáforo epidemiológico sigue pintado de rojo y las cifras no ceden, razón que ha generado incertidumbre tanto en maestros como en padres de familia, ya que las secuelas en sus hijos por un encierro de un poco más de tres meses, ha generado en algunos depresión, ansiedad e irritabilidad.
Además, algunos docentes que se encuentran dentro del grupo de riesgo por tener problemas de diabetes, hipertensión y sobrepeso, aún desconocen si regresarán a trabajar de manera normal o si las autoridades cuentan con las medidas pertinentes que garanticen su vida. Por lo pronto, hay que seguir en casa y esperar a que el semáforo epidemiológico se pinte de verde completamente.