RSP lleva mano para obtener constancia de registro

Redes Sociales Progresistas (RSP) FOTO: WEB
- en Opinión

Irineo Domínguez Méndez / Las organizaciones solicitantes de registro como partidos políticos nacionales pronto tendrán noticias del INE. Es el partido de la maestra Elba Esther Gordillo Morales el que va en caballo de hacienda; José Fernando González Sánchez, quien preside al RSP y yerno de la Maestra, sí, con mayúscula, recibirá la constancia aprobatoria. En el Estado, este “partido” no se duerme sobre sus laureles; el coordinador estatal, Antonio Lagunes Toral, sostiene reuniones y hace amarres con diferentes actores políticos. Ambos líderes tienen un “niñote” político en sus manos.

Leyendo en la página de internet que tiene este próximo partido, llama la atención el tipo de política económica propuesta y titulada como Eje 4: “Capitalismo Progresista”. Esta política económica es impulsada por el premio nobel de economía del 2001: Joseph E. Stiglitz. La misma, está igualmente en contra del capitalismo depredador que impuso el neoliberalismo a nivel mundial como del socialismo realmente existente en su momento; el cual cayó en desuso desde la desaparición de la URSS. Ambos sistemas económicos son señalados por el RSP como medios de explotación de la clase trabajadora y responsables de la brecha más amplia entre pobres y ricos.

Está política económica pudiera impulsar, igualmente, el estado de bienestar, donde exista un nuevo pacto entre empresarios y Estado, con tendencias a mejorar la distribución de las ganancias y el nivel de vida de los trabajadores, como sucedió en Alemania. Recordemos que fue una condición sine quan none para firmar el nuevo T-MEC, ahora tan en boga por su próxima entrada en vigor y la visita de AMLO a Trump. También, se lee en ese Eje 4 un comentario bastante parecido al declarado por Ray Dalio, multimillonario estadounidense, quien dijo: “el capitalismo está roto”. Por lo anterior, se deduce la participación de expertos en política económica en este partido.

El RSP representará un verdadero dolor de cabeza para los partidos que ya causan hartazgo al electorado, sean grandotes o chiquitos. Su principal baluarte está formado por la base militante fundadora mayoritaria del partido: el magisterio y, segundo, la independencia económica; las aportaciones de militantes a su partido harán que no dependa de las prerrogativas que les asigne el INE y OPLE de Veracruz. Los espacios políticos ganados por el RSP apuntan a que serán el PRI y el PAN quienes pierdan más votos que pasarán a favor de este partido y, por otro lado, podrían ser elemento importante para la desaparición de uno o más partidos de los chiquitos en el 2021.

El punch que demostró el RSP al realizar las 23 asambleas nacionales y afiliar al doble de ciudadanos que exigen los requisitos para obtener el registro como partido político, será pequeño comparándolo al que mostrará en tiempo electoral. Sus cuadros poseen experiencia necesaria para fortalecer la estructura electoral.

Seguramente, el joven líder está vacunado contra las diatribas, se le ve seguro de sí mismo. Sin mucho ruido, fue nombrado dirigente estatal por tener las cualidades para el puesto; en un partido nuevo no se aceptan improvisados, mucho menos siendo la líder moral nacional del partido la Maestra Elba Esther, Ella siempre juega a ganar. Quienes rodean a Antonio Lagunes no pueden jugar el papel de “cortesanos ni de sirenas”. Él carga en brazos un partido que nace con sobrepeso; que parece gozar de gigantismo; su responsabilidad es obtener más del umbral del 3% de la votación para tener voz en el congreso local en el 2021 y, asimismo, coadyuvar a conseguirla a nivel nacional.

La democracia participativa se fortalece con este instituto político de nueva creación. Esperemos que los documentos básicos finales de RSP nos brinden mejor perspectiva del proyecto político que tienen. Por ahora, es otra opción conocida a medias, que propone un estado de bienestar con otro tipo de economía.

Otro sí digo. – Juan Gómez y Magaly Armenta ya son chalanes de la SIOP. Supervisan obras que gestionaron con el aval del Uno; quien rechaza intermediación de líderes de organizaciones civiles para solicitar apoyos, pero acepta “la gestión” de obras de “sus” diputados.

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