Luis Ortiz Ramírez / La vergonzosa cruzada que emprendió Enrique Peña Nieto en contra de la Maestra Elba Esther Gordillo cuando se encontraba frente al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), no fue una tarea fácil para su cuestionado gobierno. Para poder ejecutarla se requirió de la participación de varios secretarios de estado. Hombres de la talla de Jesús Murillo Karam (PGR), Emilio Chuayffet, Aurelio Nuño (SEP), Luis Videgaray (SRE), Miguel Ángel Osorio Chong (Segob), entre otros.
La maestra, fue detenida el 27 de febrero de 2013 en el aeropuerto de Toluca, siendo Jesús Murillo Karam, quien explicara ante medios de comunicación, los motivos de su detención. Por esa argucia la ex lideresa del SNTE pasó 5 años en prisión sin que existieran pruebas sobre los delitos de los que la acusó la PGR. El único delito que la Maestra había cometido y que el gobierno federal había tomado como un abierto desafío fu su postura contra la Reforma Educativa. Dijo literalmente: “Aquí estoy yo, pero con los maestros no se metan”.
El 5 de marzo de 2015, el Juez Sexto de Distrito, Alejandro Caballero, dictó auto de formal prisión a Elba Esther Gordillo. Su futuro político parecía haber llegado a su fin. Sus alfiles que se encontraban regados en las más de 60 secciones del SNTE, esperaban una postura formal del Comité Ejecutivo Nacional, sin embargo, al frente estaba un hombre que carecía de los suficientes arrestos para convocar a una movilización nacional.
Es más, Juan Díaz de la Torre no salía de su estupor, cuando fue comunicado que el gobierno federal lo tenía considerado para ocupar la silla de la maestra. De ahí, en adelante el tema de salir a protestar a las calles contra la arbitraria detención de la maestra, nunca más sería tocado. Por cierto, aconsejó a los miembros del Comité Ejecutivo que no visitaran a la maestra, el mismo se negó hasta en tres ocasiones para a presentarse a declarar, tuvo miedo de enfrentar a la mujer que lo había llevado a conocer las mieles del poder.
No obstante, la PGR, recibiría un fuerte revés, los abogados de Maestra comenzaban a cosechar frutos. El 15 de mayo de 2017, la PGR perdería dos de los tres procesos penales contra la maestra, por defraudación fiscal. Un tribunal colegiado determinó de forma unánime que no existían pruebas para sostener las acusaciones en su contra. Seis meses después la PGR resolvería que la maestra tendría arresto domiciliario. La Maestra determino que la llevaran a Polanco, en la Ciudad de México, hasta el día 7 de agosto de 2018, en que fue puesta en libertad.
Es cierto, que muchos creyeron que la Maestra inmediatamente llegaría a ocupar su lugar en el SNTE, la salida fortuita de Juan Díaz de la Torre del sindicato así lo indicaba, pero no contaban que el huevo de la serpiente de la traición ya se gestaba y que pronto rompería el frágil cascaron con la irrupción de Alfonso Cepeda, quien mediante un Consejo amañado logró quedar al frente del SNTE.
Sin embargo, con la nueva Ley Laboral y con las exigencias de la OIT, y de las exigencias del T-MEC, tendrá que pasar por el escrutinio de las urnas, algo que no le preocupa en absoluto a la Maestra, pero que al actual Comité, lo trae de cabeza. Es un hecho, tarde o temprano, habrá elecciones libres y democráticas, y con ello muchos se tendrán que ir.
Es cierto que el caminar no ha sido fácil para la Maestra, en su camino ha encontrado traiciones, mentiras, engaños, desilusiones, deslealtades, y enfermedades, no obstante, nade de ello detiene su camino. Que no agarre a nadie desprevenido, tenga por seguro que después de la pandemia habrá una nueva Elba Esther Gordillo, más revitalizada y con su firme convicción de democratizar al Gigante Magisterial. Así lo desean miles de maestros que siguen sus pisadas.
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