El hombre caminaba por las calles sin ninguna vergüenza, todos sabían lo que hacía con su hija, pero nadie se atrevía a denunciarlo. Todo llegó a punto final cuando el hombre fue a pedir alcohol, el cual pagaría con su hija. La vecina dijo que en ese momento supo que ella debía de hacer algo pues nadie más lo haría.
La mujer se armó de valor y fue a delatar al sujeto ante las autoridades. El hombre fue arrestado cuando pretendía vender a su hija y fue remitido ante un juez donde le dictarán su sentencia. La pequeña estará bajo el cuidado de las autoridades en una casa especial donde le ayuden a borrar todos los terribles recuerdos que le quedaron de esa terrible experiencia.