¿Por qué ha perdido Andrés Manuel López Obrador seguidores? ¿Por qué por primera vez hay una mayoría que no está de acuerdo con su forma de gobernar? ¿Por qué? Pues por expresiones como la siguiente: «El atacarme es una empresa lucrativa. ¿Cuánto les dan por atacarme?». Y con esto el presidente de México se convierte en la víctima de un compló, un funcionario público intachable, al que no se le puede reprochar ninguna acción de gobierno, ninguna declaración o decisión.
«Váyanse preparando algunos columnistas», advirtió el presidente, pues «estoy buscando la manera de que cooperen. El atacarme es una empresa lucrativa. ¿Cuánto les dan por atacarme?». Y las advertencias del presidente no son poca cosa, tomando en cuenta que tiene una horda de seguidores ciegos, dignos representantes de la “Canoa” de Felipe Cazals, que sólo espera el tañido de las campañas de la presidencia para salir a linchar a los enemigos de la Cuarta Transformación.
«Ganan por eso. Entonces deberían cooperar en algo. Que sigan atacando, pero que de lo que les pagan, porque es prensa vendida o alquilada, que ayuden en algo», insiste un presidente encarrerado y desesperado. ¿Por qué va a la baja el presidente? Pues por ser como es.
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