«Váyanse preparando algunos columnistas», advirtió el presidente, pues «estoy buscando la manera de que cooperen. El atacarme es una empresa lucrativa. ¿Cuánto les dan por atacarme?». Y las advertencias del presidente no son poca cosa, tomando en cuenta que tiene una horda de seguidores ciegos, dignos representantes de la “Canoa” de Felipe Cazals, que sólo espera el tañido de las campañas de la presidencia para salir a linchar a los enemigos de la Cuarta Transformación.
«Ganan por eso. Entonces deberían cooperar en algo. Que sigan atacando, pero que de lo que les pagan, porque es prensa vendida o alquilada, que ayuden en algo», insiste un presidente encarrerado y desesperado. ¿Por qué va a la baja el presidente? Pues por ser como es.