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A dos años de la llegada de AMLO al poder, el SNTE no ha sido democratizado

Alfonso Cepeda Salas y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

A dos años de la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, aún hay cuentas pendientes que pagar. El dichoso combate a la corrupción, una de sus promesas de campaña de más peso, fue frenada por una política de perdón y misericordia a los grandes capos de cuello blanco. Es cierto que la llegada del Covid-19 también ha contribuido a que la generación de empleos no destaque, tema que recurrentemente tocó en campaña. Su eje de gobierno se ha centrado en una descomunal estrategia de apoyos sociales a las personas de la tercera edad y a los mal llamados ninis.

No obstante, su relación con los empresarios, ha estado llenado de altibajos. Su reiterada costumbre de polarización, al catalogar a unos como conservadores y a otros como liberales, ha causado resquemor en muchos. Mención aparte merece su relación con los medios de comunicación, a los que no baja de chayoteros o fifís. No obstante, un tema que se ha quedado rezagado es el de la democratización en los sindicatos.

Es cierto que el Gobierno Federal hizo a un lado a Romero Deschamps, quien por cierto se encuentra contagiado del Covid-19, pero no se le ven intenciones de democratizar al gigante magisterial llamado SNTE. De manera que el magisterio sigilosamente, si no ve ni percibe señales de elecciones libres en el SNTE, tenga por seguro que le dará la espalada al partido del presidente en las próximas elecciones intermedias del 2021.