En ese ínterin, los maestros esperaban que en el mes de mayo, el actual comité del SNTE pudiera conseguir un incremento salarial digno ante las autoridades. No obstante, la Comisión Negociadora dobló las rodillas antes de misa y se conformó con un miserable aumento del 3.4 por ciento. Hoy el horno no está para bollo, el SNTE sabe que hay descontento entre el magisterio nacional, sabe que este enfado es como el huevo de la serpiente, antes de nacer ya se vislumbra que las cosas que vienen no serán nada placenteras.
Además, Cepeda Salas y camarilla se niegan a una elección de carácter nacional, saben que ahí tienen las de perder. Por eso siguen la máxima maquiaveliana de dividir y vencer. Saben que, si primero son las seccionales, desde la cúpula del poder podrán controlar el voto de los maestros en sus respectivos estados. Desde luego, que así será y eso sólo si los maestros se quedan con los brazos cruzados.