“Pero la baja sostenida en los últimos 15 días la atribuiría yo a sus desafortunadas declaraciones, al desgaste que sufre ya por su sobreexposición a los medios y la crítica que ello le genera. Se contradice, descalifica, agrede, se muestra intolerante, para él la única verdad es la suya, desmiente a sus propios colaboradores, declara verdaderos sinsentidos, y un largo etcétera. O sea, lo que en un principio lo ayudó a proyectarse, sus mañaneras diarias, hoy ya le pesan. La gente lo encuentra aburrido, ha ido perdiendo credibilidad, no lo toman en serio. Su palabra se ha desgastado y día a día se hunde más en las arenas movedizas de su incontenible e incontrolable verbo”.
Por supuesto, el López Obrador de las elecciones del 2018 ha mutado, no es el mismo porque ya lo decía Heráclito, “nadie baja dos veces al mismo río; porque o el río ya no es el mismo, o el hombre ya no es el mismo”.