Ad hoc significa para esto, para este propósito. Se suele aplicar a lo que es una solución adecuada para un problema determinado, o acomodar las cosas a modo y conveniencia propia. El gobierno de Cuitláhuac García sabía que si invitaba a todos los periodistas, éstos lo meterían en aprietos, por eso consideró sólo invitar a unos seis comunicadores a modo, para que éstos no lo metieran en apuros. Se imagina usted frente al presidente a un Édgar Hernández, con su acostumbrado sarcasmo ácido preguntándole al presidente sobre los enjuagues de Morena o a una Claudia Guerrero cuestionándolo sobre las empresas fantasmas en SEV o sobre la revocación de mandato.
También hubiera sido creíble esta mañanera si por ahí hubiera estado Armando Ortiz remachando sobre el nepotismo en el estado, hubiera estado interesante escuchar a un Mussio Cárdenas, cuestionando al gobernador sobre las estadísticas fatídicas de muertos y secuestrados en Veracruz.
Sin embargo, el Gobierno del Estado no podía exponer al considerado el gobernador más bendito entre todos los benditos. Es lamentable que ninguno de los “privilegiados” de estar presente esta mañana con el presidente en las instalaciones del campo militar de El Lencero, no hayan tenido los arrestos suficientes para cuestionar temas que son de interés primordial para los veracruzanos.
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