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Elba Esther Gordillo, entre la 4T y la crisis del SNTE

Elba Esther Gordillo, entre la 4T y la crisis del SNTE FOTO: WEB

Luis Ortiz Ramírez / Si alguien levanta alboroto y deja mucho que decir cada vez que habla o concede alguna entrevista, esa es la maestra Elba Esther Gordillo Morales. Una mujer que ha sabido sortear diversas dificultades. La última,  su propia salud. La maestra  Elba Esther Gordillo  se recupera de un problema médico que ha sabido sortear con el apoyo de los suyos. Es una mujer fuerte. Sin embargo, su agudo olfato político no descansa ni un minuto, éste  le permite estar muy consciente de lo que acontece en el país.

Ella sabe que hay cuentas pendientes que saldar, sabe que no es por orgullo, sino por un sentido de justicia pleno. Sabe que es necesario enderezar el barco que  representa el SNTE. Conoce perfectamente la situación que están viviendo casi dos millones de maestros con salarios pírricos e incrementos menores al incremento de la canasta básica. Sabe que los tiempos políticos son inciertos, su experiencia como líder sindical le indica que el SNTE pasa por una crisis de credibilidad, donde los maestros han pasado segundo lugar.

Reconoce que si bien es cierto que debe  existir una relación cordial con el titular de la SEP y con funcionarios del gobierno federal, esta relación no debe rebasar ni lesionar la dignidad del magisterio. Y es que, este impasse que ocasionó la llegada del Covid-19, solo vino a remarcar el sometimiento de la actual dirigencia del SNTE.

La ex mandamás del SNTE está bien informada. Ella sabe que el sindicato no abogó por los maestros, para que estos pudieran recibir un bono emergente para sobrellevar la crisis sanitaria. Vaya ni siquiera se adelantó o calendarizó  que se pagaran antes los bonos de imagen o por lo menos el RZ. A Elba Esther Gordillo Morales le incomoda en gran manera que el sindicato halla guardado  silencio, y no solo eso,  sabe que éste se doblego ante los jorocones de  la SEP y de  Finanzas y no lucharon  por un incremento digno. La Comisión Negociadora solo se conformó con el 3.4 por ciento.

Elba Esther Gordillo sabe perfectamente que los vientos de la Cuarta Transformación son los que impulsan los cambios en este país. Sin embargo, la poderosa líder magisterial, sabe que para que el engranaje y la maquinaria del sistema político mexicano funcionen bien, es necesario que  exista un sano equilibrio de fuerzas y poderes.

Si éste no existe, se corre el riesgo de empoderar de manera absoluta a un solo poder. Como en este caso, tanto el legislativo y el judicial se están supeditando al poder ejecutivo que ostenta Andrés Manuel López Obrador. Es necesario, que exista un bloque de fuerza que pueda equilibrar la balanza. Ese equilibrio lo pueden dar los sindicatos que no estén supeditados e inclinados al poder. Esta situación no le gusta mucho a varios políticos dentro de la 4T, no por algo ha habido mano negra dentro del propio SNTE.

Si en verdad la maestra Gordillo Morales pretende recuperar la dirigencia del SNTE, deberá de tomar en consideración a todas las fuerzas inconformes, deberá reconocer los liderazgos locales en los 32 estados del país, sentarse con ellos para escuchar que es  lo que tiene que decir. Y eso, la maestra Gordillo lo hace muy bien. Nadie puede menospreciar su liderazgo y  el gran poder de convocatoria que ella tiene.

Desde luego que los diferentes  actores políticos cuentan mucho, entre ellos sobresale la CNTE, quien cuenta con suficiente representación  en el congreso federal como nunca antes en su historia la había tenido. Con ellos, a su debido momento se deberá de hablar. Y es que la manera tradicional de hacer política ha cambiado. Los actores principales deberán de comprender que ha llegado el momento de privilegiar el dialogo. Quien le apueste a lo contario, se aislara y  podría caer en su propia marginación.

Por otro lado,  sería un grave error subestimar al equipo de Alfonso Cepeda. En estos momentos los que tienen el sartén por el mango y cuentan con la chequera que quincenalmente alimentan sus afiliados, son ellos. Además entre sus filas de asesores, con un buen sueldo, está el propio padre de Luisa María Alcalde,  titular de la Secretaria del Trabajo.  Queda claro que el trabajo de seducción de Cepeda Salas con el gobierno federal, aparentemente le ha dado resultados. Sin embargo, el coahuilense sabe que su presencia al frente del sindicato solo está sostenido por débiles alfileres.

Sabe que gran parte de los afiliados no están contentos con su trabajo  y que eso le puede salir muy caro  en una verdadera  elección democrática. Alfonso Cepeda Salas y su cofradía de incondicionales  deben de comprender que no  pueden estar en contra de la voluntad de la mayoría de los maestros. Saben que hasta el momento  la participación  de la maestra Elba Esther Gordillo, solo representa la punta del iceberg. Ellos saben que después de la pandemia institucional, los vientos de la democracia sindical arreciaran fuertemente, y si se descuidan, tengan  por seguro que seguirán las pisadas del interfecto Juan Díaz de la Torre.