Pero eso no es todo, cheque usted literalmente lo que dice cuando se refiere a la revocación de mandato: «Es muy lamentable que se haya eliminado la figura de revocación de mandato. Con esto se le ha robado al pueblo la posibilidad de mandar a su casa a algún representante popular que sea incompetente y no dé resultados. En tiempos de campaña se pregonaba a los cuatro vientos aquella expresión de ilusionaba a los ciudadanos, “el pueblo pone y el pueblo quita”, ahora todo resultó una mentira. Y esta reforma lo confirma. Una honorable decisión y buena salida a este enroque jurídico, sería que esta reforma fuera vetada».
Ni hablar, suena congruente la sugerencia, de todos modos, en un tribunal esta reforma será echada abajo para la vergüenza de sus artífices y de los 34 diputados que vendieron su lealtad, traicionando a los veracruzanos por un cicatero plato de lentejas. Por cierto, meterse con la Iglesia no resulta gratuito, así que el gobierno del hijo del profe Atanasio deberá medir bien sus pasos, no le vaya a pasar como a su secretario de Gobierno, que tuvo que recular en sus dimes y diretes.